La violencia psicológica es una forma de abuso que, aunque no deja marcas visibles, puede ser devastadora para las víctimas. Se caracteriza por manipulación, control y daño emocional, y a menudo es difícil de detectar, tanto para quien la sufre como para quienes la rodean.

• ¿Cómo reconocerla?
  • Críticas constantes: Comentarios que menosprecian, ridiculizan o invalidan las emociones y logros de la víctima.
  • Manipulación emocional: Uso de amenazas, chantajes o culpas para controlar las acciones de la otra persona.
  • Aislamiento: Impedir que la víctima mantenga relaciones sociales o familiares, dejándola dependiente del agresor.
  • Control extremo: Revisar el teléfono, controlar horarios o exigir explicaciones por cada acción.
• Impacto en las víctimas:
  La violencia psicológica puede causar depresión, ansiedad, baja autoestima e incluso trastornos de estrés postraumático. Además, las víctimas a menudo sienten vergüenza o culpa, lo que dificulta que busquen ayuda.
• Estrategias para combatirla:
  • Reconocimiento: Aceptar que lo que se vive es violencia es el primer paso hacia la recuperación.
  • Red de apoyo: Hablar con personas de confianza, como amigos, familiares o terapeutas, para romper el aislamiento.
  • Establecer límites: Si es seguro, comunicar al agresor que su comportamiento no será tolerado.
  • Buscar ayuda profesional: Psicólogos y abogados pueden brindar herramientas para manejar la situación y tomar decisiones informadas.

Reconocer y combatir la violencia psicológica es crucial para proteger la salud emocional y recuperar la autonomía personal.