En 1967, Kathrine Switzer desafió al mundo al convertirse en la primera mujer en correr oficialmente la maratón de Boston, una competición exclusiva para hombres en aquel entonces. Su gesta no solo marcó un hito en la historia del deporte, sino que también contribuyó a la causa de la igualdad entre mujeres y hombres en el ámbito deportivo.

En una época en la que a las mujeres se les negaba el acceso a numerosas pruebas deportivas debido a estereotipos de fragilidad y debilidad, Switzer demostró que las mujeres eran capaces de enfrentarse a cualquier desafío. A pesar de las críticas y obstáculos, se negó a renunciar a su sueño de correr la maratón de Boston.

Registrándose con sus iniciales en lugar de su nombre completo, logró burlar las restricciones de género impuestas por los organizadores. Sin embargo, su audacia no pasó desapercibida, y durante la carrera, fue atacada verbal y físicamente por aquellos que no podían aceptar a una mujer desafiando las normas establecidas.

Pero Switzer no estaba sola. Con el apoyo de su entrenador, su pareja y otros corredores, completó la maratón, dejando una huella imborrable en la historia del deporte y la lucha por la igualdad de género.

Cinco años después de su histórica participación, las mujeres fueron oficialmente permitidas a inscribirse y competir en la maratón de Boston, gracias en gran parte al coraje y determinación de Switzer.

El número 261, el dorsal que llevaba Switzer en aquella carrera de 1967, se ha convertido en un símbolo de inspiración y empoderamiento para mujeres de todo el mundo. No solo siguió corriendo, sino que también dedicó su vida a promover la igualdad de género en el deporte y a motivar a otras mujeres a creer en sus capacidades.

Fundadora de la organización ‘261 Fearless’, Switzer continúa trabajando incansablemente para crear oportunidades para las mujeres en el deporte y programas educativos, rompiendo estereotipos y fomentando la inclusión.

El legado de Kathrine Switzer trasciende las pistas de atletismo, recordándonos que el verdadero poder reside en la determinación y el coraje de aquellos que se atreven a desafiar las normas establecidas en busca de la igualdad y la justicia.